Hace poco más de un mes, el Papa Benedicto XVI visitó nuestra ciudad. Más le valdría haberse quedado en su casa. Antes de pisar tierra ya lo habíamos dejado impotente para toda la vida. Sí, como lo oyes im-po-ten-te. Un grupo de infieles convocados a través de internet nos dimos cita a los pies del Totem-Torre Agbar para conectar nuestras mentes y cuerpos hasta provocar una descarga eléctrica que terminó, de golpe y porrazo, y para siempre, con toda la potencia (y poder) del Papa…
“I’m not missing a minute of this, it’s the revolution”-Sylvia Rivera
Copycat is a short documentary about suicide. Through the re-enactment of some of the scenes from Roman Polanski’s film The Tenant, archive footage, film fragments and the interviews with a psychoanalyst, a psycologist, a psychiatrist, a writer and an art curator, the film focuses on the copycat effect to question media representation as well as psychological and social causes of suicide.
Estamos sedientxs de ideas, discursos, estrategias políticas y acciones que nos permitan llevar a la calle una verdadera critica al sistema sexo-género y al orden heteropatriarcal. Una critica transformadora que sea capaz tanto de contrarestar el avance de los discursos LGBT normalizadores y asimilacionistas como de devolver al lema despatologizador toda su pontencia, frescura y radicalidad. Todo ello en un contexto médico-politico en el que los borradores del próximo DSM apuntan hacia la penalización de aquellas identidades “trans” que no encajan en el binomio hombre-mujer ni en la heteronormatividad imperante. Pero también, en un escenario en el que las actuales políticas enconómicas y los recortes sociales ante la crisis hacen peligrar el desarrollo de una atención sanitaria integral para las personas trans que garantice el acceso libre a cirujías y hormonas.
Venimos del feminismo radical, somos las bolleras, las putas, lxs trans, las inmigrantes, las negras, las heterodisidentes… somos la rabia de la revolución feminista, y queremos enseñar los dientes; salir de los despachos del género y de las políticas correctas, y que nuestro deseo nos guíe siendo políticamente incorrectas, molestando, repensando y resignificando nuestras mutaciones. Ya no nos vale con ser sólo mujeres. El sujeto político del feminismo “mujeres” se nos ha quedado pequeño, es excluyente por sí mismo, se deja fuera a las bolleras, a lxs trans, a las putas, a las del velo, a las que ganan poco y no van a la uni, a las que gritan, a las sin papeles, a la marikas…