Para sobrevivir en la frontera
debes vivir sin fronteras
Ser un cruce de caminos.
Gloria Anzaldúa
“Borderlans/La Frontera”, 1987
En las últimas décadas la devastación del capitalismo neoliberal, la racionalidad armamentística-genocida del Norte global, el aumento de sus guerras y la multiplicación de zonas de conflictos armados en el Sur global y Este, están generando un desplazamiento de millones de seres humanos. Miles de personas han muerto en sus intentos por cruzar las fronteras militarizadas de la Fortaleza Occidental; muchxs se encuentran atrapadxs en sus caminos o detenidos en campos y centros fronterizos. A raíz de ello, surgen discursos que problematizan la presencia de refugiadxs o migradxs a través de la llamada “crisis de los refugiados” o “crisis de los migrantes”. Sin embargo, la crisis es de la política europea occidental, de su economía capitalista, de sus sistemas de producción de verdad, de sus conceptos eurocéntricos coloniales del Estado-nación, de ciudadanía, de derechos humanos y del heteropatriarcado. Además, el propio concepto de crisis está en crisis, ya que dejó de describir un periodo excepcional, algo temporal o episódico, un paso hacia la superación del capitalismo, al convertirse en la norma, en la fábrica de la vida social y de nuestra existencia. Las fronteras militarizadas, los muros y vallas alambradas, los CIEs, OTAN, Frontex, las guardias de costas y fronteras, Dublin II y otras convenciones criminales, los sofisticados sistemas biométricos de control y los sistemas de información de visados, van de la mano con la forma en cómo se “gestiona” la situación de lxs refugiadxs y migradxs, la imposición de jerarquías a través del estatus de ciudadanía y la multiplicación de fronteras internas que son constitutivas de la división de trabajo a nivel global.
Frente a esta situación, la universalidad democrática de los derechos humanos se asocia estrechamente con la pertenencia nacional particular, es decir, con la blanquitud. Los países occidentales que proyectan el “paradigma de bienestar” están desarrollando mecanismos para frenar y obstaculizar la presencia de población migrada y solicitante de asilo, en tanto que somos construidos/identificados como “agentes disruptivos” de su estabilidad socioeconómica. El “síndrome securitario” fortalece las fronteras, perfecciona los dispositivos de exclusión y criminalización mediante las políticas migratorias y el racismo institucional, y a la vez, acentúa el manto ideológico nacionalista que profundiza en las jerarquías étno/raciales, de clase, de sexo-género, epistémicas y espirituales de la “otredad/exterioridad”. Asimismo, en los últimos años estamos presenciando una intensificación de discursos públicos y actitudes de odio que se están normalizando, mientras lxs migradxs, excluidxs de la ley, se convierten en “no existentes”, sometidxs a las condiciones extremas de explotación, persecuciones, identificaciones racistas, torturas y deportaciones careciendo de los derechos fundamentales. Al entender la racialización contextualmente y el racismo como fluido, podemos decir que la libertad y oportunidad para algunas personas es generalmente adquirida a expensas de lxs “otrxs”.
A partir de estas violencias estructurales, pensar y situarse desde la frontera implica desprenderse de la epistemología eurocéntrica y del sistema occidental de identidades nacionales, de la clasificación, jerarquización y diferenciación de nuestros cuerpos. Aquí la frontera se convierte en un concepto inestable, cambiante y contingente, metamorfoseando el campo que ordena, al alterar sus lógicas mediante las intervenciones críticas y ataques subversivos de aquellxs que habitamos la frontera. Esto implica desvelar cómo se modifican las lógicas del poder y sus patrones de dominación a escala global; subvertir los imaginarios y cartografías simbólicas Sur-Norte; así como repensar la forma en que se ha definido, constituido y se perpetúa la subalternidad/otredad. Pensar y situarse desde la frontera conlleva comprender su funcionalidad material y simbólica; pero sobre todo requiere cuestionar y buscar cómo desmantelar la colonialidad en tanto estructura ideológica que sustenta el poder occidental.
Es por ello que en este número nos preguntamos sobre las políticas migratorias como parte de los dispositivos de la colonialidad, las fronteras múltiples, los efectos que el racismo institucional y cotidiano está generando en millones de personas racializadas, desplazadas y migradas. ¿De qué manera se observa la confluencia capitalista, racista y heteropatriarcal a la hora de repensar las políticas migratorias, las fronteras y los mecanismos de segregación? ¿Qué intervenciones críticas se están produciendo para contestar los métodos, las teorías, los discursos y los límites de Estudios migratorios desde los giros de la geografía de la razón? ¿De qué manera se reorganizan los mercados de trabajo y las fronteras de producción entre el trabajo asalariado y la esclavitud? ¿Cuáles son los puntos críticos a escala global en torno a las fronteras que se fortifican? ¿Cómo la zonificación de ciertos territorios acentúa la demarcación entre lo humano y sub-humano? Cuál es el papel de las nuevas tecnologías en la organización del control migratorio? Cómo subvertir y transformar las lógicas visuales coloniales, las fronteras simbólicas donde se entretejen y confluyen las significaciones, imaginarios sociales y subjetividades? Cómo se articula la bio-necropolítica en las fronteras y de qué manera afecta a las personas sexo-género disidentes? ¿Cómo confrontar las instituciones internacionales, estatales, locales y ONGs, cómplices en la organización de las políticas criminales de abandono y muerte de lxs refugiadxs y migradxs?
En este contexto, a través de aportaciones teóricas, activistas, artísticas y poéticas en torno a la problemática en cuestión, analizamos dichas realidades desde una perspectiva transfeminista, antirracista y decolonial. A la vez buscamos visibilizar cómo confluyen los movimientos de protesta y resistencia frente al nuevo “apartheid” global que se forma al mismo tiempo que la ciudadanía de los países occidentales, y afecta a las poblaciones racializadas dentro de sus fronteras, así como a las poblaciones del Sur global y del Este.
*Desde el margen N3 – Políticas migratorias y fronteras múltiples: análisis, críticas y luchas, publicado en diciembre 2018.